Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







domingo, 22 de agosto de 2010

MIS OJOS VAN A DORMIR

Ellos ya quieren dormir.
Son las estrellas y el fin.
Semejan puntos de luz
que hacen perder el azul
siempre que el sol ya se asusta,
quieto en su pálida gruta.
La luna queda colgando
como un pendiente lejano,
como un pendiente que asoma
jugando él con su sombra.
Yo ya no capto la luz;
no veo puntos tan claros;
no veo robos al sol
de luz, de pleno color.
Mis ojos van a dormir.
Sólo es un sueño engañoso
de pleno negro invasor.
Miles de sombras tan negras
destellan nuevas estrellas,
luces de soles de ayer.
Todo infinito es oscuro;
la luz: señuelo de ardor;
como un saludo señero
que lanza el buen caballero,
aquel que vida nos dio;
aquel que sopla calor
quemando luz sin color.
Dorados posa sus rayos
en su breve itinerario
hasta que asoma insensible
el negro nublo estrellado.

VICENTE JAVIER-F

jueves, 5 de agosto de 2010

HE NACIDO ESTA MAÑANA

He nacido esta mañana,
huelo a delantal de nácar.
De un pecho que me ha marcado
he colmado mis ardores
que sólo eran por comer.
Duermo mucho a cada instante
y son borrosas las sombras
que me cantan mi hermosura.
Duermo mucho sobre el blanco
de mis sábanas de lino.
Sólo recuerdo un olor:
puro amor que me contempla.
De su boca los sonidos:
terciopelos y cariños.

Tanta leche que he bebido
me ha puesto de pie y ya sirvo
para asomarme yo mismo
a mi alfeizar preferido
y ver el sol allá en su cénit.
Ya estoy a media mañana
dando tumbos por la alcoba.
¿No está esta casa muy sola?
Tengo ganas de llorar
y aparece mi mamá.
¡Cómo me agasaja a besos
y a decires de embeleso!
-Coge -nene- tu cartera
que te lleve hasta la puerta
de la escuela que te espera
para que lo escuches todo
y superes lo que fui.
Son tantas las horas muertas
que me paso recordando
cómo juego yo en mi mundo,
en mis nubes de soplar...
Tanto divago despierto
que apenas tomo el concepto
de qué es el tiempo en este juego.

Cuando mi madre me espera
al salir de ese recinto
ya no tengo mi cartera.
Es azul lo que me entrega
y sirve para las deudas.
Es el mono del esfuerzo
que manchado tras las horas
de una semana tras otra,
alienando el pensamiento
cercena el color del sueño.

Ahora me cubre otro techo
de ilusiones y de esfuerzos.
Tomas cariño a otra niña
que lo mismo ella en su vida
ha dejado su cartera
por ponerse de rodillas
en un suelo de ladrillos
o en una oficina esquiva.
Se oye al fondo una chiquilla
que ha nacido en una cuna
donde huele las violetas.
Su retina le presenta
mil formas color de lila.
Siempre quiere tener una
a su lado, en su regazo.
Ya llora y pide su leche,
pero la nuestra se cuece
porque se acerca la noche.

Con el sigilo que cabe
cuando el sol ya se despide
suave me acerco al espejo
por no despertar reflejos
que me oculten mi verdad.
La verdad: casi acabo de nacer.
Pero el suave devenir
ha hecho que no sé si soy
el que con la testa clara
mira oscuro su mirada.

Tarde-noche en nuestras vidas
consumidas en los sorbos
que el capricho nos cedió.
¿Cuántas tazas de sabores
quedarán en cada instante
que nos quede por catar?
Siempre voy oliendo olores
que me hagan disfrutar.
Siempre voy oliendo olores
que me lleven más allá,
pero no puedo olvidar
que yo acabo de nacer,
que he nacido esta mañana
y la noche está al caer.

VICENTE JAVIER-F

martes, 3 de agosto de 2010

SUEÑOS PEGADOS DE ESTÍO

Filas de ruedas circulan
parejas junto a las cunetas.

Filas de sillas y hamacas
salpican la arena sobada.

Miles de hileras que llenan
las capas de brea tan negra.

Dejan tumbados sus sueños
mientras circulan cansados
durmiendo en el aire que irradia
el duro frío enlatado
buscando un plácido gusto
por pieles sin gotas colgando.

Dejan soñando sus sueños
tumbados en sus hogares
mientras ellos avanzan ufanos
en busca de sueños dejados
en el sofá del hastío.

Siguen pegados a otros
que gritan chapoteando
y piensan después de un helado
en la terraza nocturna
donde seguro se encuentran
el sueño que tuvo el de al lado.

Las frescas jarras de espuma
disipan las dudas del alma
en cada noche de estrellas
que solas no pueden ni llegan
a echar destellos de hielo.

Y todos sudan esfuerzos
de lucha que busca
gregaria el trozo de asombro
que esperan se encuentre al final
del duro descanso ganado.

Cuando retornen pegados
a todos los coches de al lado
querrán el ánimo esquivo
perdido en las noches de estío
forradas de ruido y colores
de sueños pisados por suelas
inquietas que sólo buscaban
la gloria de hallar en sus costas
su trozo de dicha comprada.

Existen, bien dices, los sueños que suben
vaguadas, collados y nubes
y tapan cansados sus fríos
en sacos cargados de olores,
que bajan buscando otra altura
queriendo borrar de su ensueño
lo plano, demente y adusto
que el año les guarda en su seno.

Dulces disfruten si encuentran
en un sillón recostados
aquellos sueños que yacen
junto a los seres que habitan
cada morada de al lado.

VICENTE JAVIER-F