Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







jueves, 28 de julio de 2011

¡CÓMO AZOTAN LOS SONIDOS DE LA NADA!

Salgo al aire del silencio provocado
por los llantos del halago;
por el ritmo del decir en tono vago.
Callo ¿Cómo hago?

Tú escucha serena los susurros
de la arena de tus venas,
pues su río tiene un ruido
que se queda bien sumido
en el centro del vacío que es mi
oído. No nos llegan los sonidos
de sus ondas, pero están en lo más
hondo. Todo es sonido en el
fondo de tu ser y de mi
asombro. Pero yo no alcanzo el
soplo del vibrar de cada capa.
Debe ser porque estoy sordo.
Debe ser que sólo escojo
los sonidos del
despojo de la vida.
¡Grita, vida, y grita herida!
Cuando yo quiero callar,
todo el mundo a
restallar ¡Cómo tiemblo entonces
mudo porque no pueden cesar!

Oigo apenas los silencios
de los muros de las
piedras de aquí atrás.
Oigo absorto los clamores
de las hierbas temblorosas
que su miedo en mi
reposan. Es el viento que ya
azota ¿Sabes tú quién más
resopla? No lo digas: las palabras
escondidas suenan más que las
altivas. Sencillez de los matices.
Prueba a entrar en esas
cuevas que tu boca te provoca
porque guardes bien melosa
los sonidos de las cosas;
los sonidos que las musas
ya dijeron entre risas.
Pero toda risa suena y el silencio se
destrona, mas a ellas les perdonas,
pues la risa siempre asoma
como estruendo en el
"te quiero" del silencio.

Vicente Javier-F

LLEVO UN DÍA YO ESPERANDO

Llevo un día trabajando todo el rato en decir algo,
algo soso, algo tonto. Mas me callo; no respondo.
Miro golondrinas altas en sus vuelos retorcidos,
pero no encuentro motivos. Sé que un día hubo poetas
que sintieron sus aladas formas blancas y negruzcas,
pero yo no veo mezcla ni en lo blanco ni en lo negro
que me ayude a unir palabras y me digan algo etéreo.
Puedo forzar unas proas, puedo carenar mil proas
con las palabras más toscas y enfilar con viento en popa
unas aguas bucaneras, pero no veo manera.

¿Ingenuo soy? ¿Detrás de qué es de lo que voy? ¿De palabras ya sonadas?
¡No! ¡No! ¡No! Mas la lengua siempre suena a lo que un día sonó.
No, pero quiero sanar yo mi lenguaje y algo más.
¡Me pierdo! ¡Me pierdo! Mejor lo intento de nuevo.

Llevo un día trabajando todo el rato en el esfuerzo de sacar pecho diciendo:
¡Mira lo que estás leyendo!, amigo, que ni te veo ni siento;
amiga, que no sé de tu guarida. Todo el día en el intento
cual si fuera yo un maestro en juntar letras y un texto.
No, amigo: no se junta el sinsentido; no se nace con la boca del
hechizo, no se compran las palabras encendidas con las chispas
de otras bocas decorosas. No, amigo: no se juntan las palabras
sin saber cómo nombrarlas. ¿Nombraré a las lindas damas?
¿Nombraré rosas y espadas, deshojadas? ¿Corazones desbordados de sentimientos
robados? ¿Robaré letras cantadas al amigo y a la amada que un día fueron
formadas por boca del trovador? No, amigo: mi propia voz no va
conmigo. Siento las palabras hueras mientras pienso en las mil caras
que salieron destrozadas por usar letras rimadas; por usar verso sin trino,
gorgoritos de algún ritmo.. Dejo ya mi terca pluma.
Doblo al suelo mi cerviz y todo que he de decir por el piso pasará.
Llevo un día yo esperando por sentir si digo algo.

Vicente Javier-F

PS. En reconocimiento a la vanidad de cualquier vago intento.

viernes, 15 de julio de 2011

EL VIENTO DEL SUR ARROJA

Una ráfaga me suelta;
una ráfaga me altera
coordenadas en la nada.
En la nada que me habita
en esta vida escindida
entre una latitud soñada
y una longitud banal.

Duro Bóreas, tú te asomas
por las puertas de la arena,
de la arena que hizo casa
junto con palas de cal.

Rosa de vientos tendida
tú me prestas a escondidas
la bocanada precisa.
Suave Céfiro escondido,
quizás seas el elegido.
Suave Céfiro marino,
tú mandas las brisas calmas,
que colman las almas planas
de la nada derrumbada.

Austro del sur transportas
clamores de rocas secas
de los desiertos tan mudos,
de los desiertos tan duros
por ser espejos de sol;
de sol sin sentir ni rubor.
Viento del sur no lloro
por asomarme a tu arrojo;
soplo de roca y de rojo
sube calima y sofoco
a mis entrañas de enojo.

Vicente Javier-F

miércoles, 13 de julio de 2011

LAS BRIZNAS DE UN INSTANTE

Cualquier brizna de un instante
no consume los placeres
de su roce intermitente.
Cualquier soplo de un aroma
no consigue detenerte
en el flujo caprichoso
del momento inacabable.
Cualquier ráfaga de aire
no retiene los momentos
de un antes que fue presente.
Tiempo en fuga y vida dura
si no apuras los instantes
con sus briznas de placer.

Vicente Javier-F

martes, 12 de julio de 2011

LÁGRIMAS DE ESPUMA Y SAL

El mar... Si escuchas, siempre llorando está
con lágrimas de espuma y sal. ¿Sabes tú por qué será
que el mar llora sin parar? La Tierra presta
su rostro con sus contornos de suelo;
la Tierra rompe las olas en sus mejillas de azote.

Quizás quiera llegar -el mar-
hasta el Sol en su inmensidad: ¡le presta tan bello
disfraz! -al mar-. Quizás quiera él alcanzar
a cada estrella y su brillo, para poder decorar
de nácar su manto de sal.

Pero... Más cerca la Luna queda, que siempre
cambiando está de cara para gustar.
Creo que el mar sí se deja por su influencia
arrastrar, creyendo que Luna tiene
agujeros de papel para que puedan secar
sus lágrimas de espuma y sal.
¡Ay, Luna, cuánto le haces llorar!

Vicente Javier-F

jueves, 7 de julio de 2011

AGUA; SED

Ya sólo veo polvo en el camino
y una seca brisa que lo mueve en remolinos.
Sólo huelo el polvo derretido; miles de fragmentos
esparcidos por el manto de la tierra enrojecida.

Huecas las naranjas cuelgan de las ramas
estrujadas. Liofilizada pulpa en cada fruta
sin el gusto de la cítrica melaza.
¿Dónde los pulmones de la tierra
pigmentada por el verde de las plantas
asustadas, por el verde de esperanza domeñada?

Secas las sustancias cerebrales de los hombres,
sin sombreros, sin galones sobre hombros encogidos
por la furia de los vientos removidos.
Duras las miradas minerales bajo párpados
cerrados por el grano de los polvos cristalinos.
¿Qué verán en las mañanas de la sed?
¡Fuentes; fuentes! Agua. sed. Polvo de mi ser.

Vicente Javier-F