Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







domingo, 28 de junio de 2015

He querido al sol

He querido al sol por las paredes,
entre piedras,
donde hallé la soledad primera,
reo de un rayo sin voz.
He querido al sol entre las grietas
y las piedras ya dolían
con ardor.
He querido al sol por las murallas,
piedra sobre piedra encima,
y sobre piedra, ninguna,
sólo el sol
y mi pasión.
He buscado al sol alrededor.
He secado su canción.

lunes, 22 de junio de 2015

Ya se ve el verano

Ha llegado entero
como un toro fiero,
como un toro azul,
con su ojo intenso,
lleno de quietud.
No cabe en el cielo
y ahora pide paso
montañas abajo.
Ha venido cierto,
y no más llegado,
ya se va alejando.
No quiere decirnos
que ha traído en ciernes
el otoño dentro.
Ha llegado pleno,
lleno de silencios,
no quiere decirnos
que se irá aplacando.
Ha subido tanto, el Sol,
que ha estirado tersa
su distancia larga,
y no puede más.
Todo lo dará.
Ha llegado inmenso;
ésta es su eclosión.
Ya viene el otoño,
siéntaslo o no.


(*)Recuerdo, aproximadamente, un breve poema japonés que decía (cito de memoria, insisto en que no es exacto):
"Ya es verano,
pronto llegará el otoño.
Tienes una cabaña:
¿qué más quieres?".

No es un koan estricto puesto que se pasa de sílabas, pero sí tiene esa misma esencia. Me hizo pensar en que el paso incesante de de la Tierra por su órbita ya va conteniendo lo próximo, pues hacia ello se dirige, sintámoslo o no.

domingo, 14 de junio de 2015

El invierno es una nube suspendida

El invierno es una nube suspendida en una noche
que no escampa. que modela las tristezas
con el rayo consumido en la distancia.

Puedes ver el pensamiento del que mira ya los tiempos
recubierto por los forros de las lanas hasta el pecho
y más adentro. Si te fijas, te ilumina con el brillo
de sus ojos que recuerdan las vivencias ya perdidas.
Es invierno, esa edad que ya nos lleva, esa noche
engrandecida que silencia los sonidos de los bríos.

Puedo ser el que te mira recordando cuando no llevé vestido,
pues la calle de la infancia es un verano que te abraza
y que te estampa contra hoyos de canicas,
contra el barro siempre grato, contra el negro
de la brea derretida en las aceras.
Quién iba a querer vestido si sólo recuerdo estío.
Quién me va a escribir ahora que los cielos son de invierno
si los rayos sólo rozan las techumbres que no doran.
Quién me va a decir que es noche toda nube
que no escampa en mis horas insensatas,
si sólo pensar el tiempo vuelvo casi a andar a gatas,
sin vestido, por las calles tan pobladas de otros niños.

Me dirán que es una nube que no escampa,
mas si quieres percibirlo, el invierno es largo velo,
y al trasluz de gasas blancas siempre veo pies descalzos
de los niños que hemos sido, en las breas derretidas.


*Dedicado a mi hermana, a su niñez y al recuerdo que la lleva sin soltarla, y a los ritos de la infancia en la ciudad, casi como una excepción, ya que todo mi recuerdo de niñez se me va para los pueblos en los que he sido.