Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







miércoles, 27 de julio de 2016

¿Por qué canta?


                                                       (Y cantó la tórtola en mi asombro)

¿Por qué canta la tórtola encerrada
En el propio aire que la envuelve?
¿Por qué suenan carencias
Que reclama?
¿Por qué cielos se encumbra
Si sus propias plumas no la siguen
En la altura?
¿Por qué calla la tórtola si asusta
La quietud inmensa
Del silencio?
¿Por qué el cielo no arroja
Crisantemos blancos de silencio
Que recubran túmulos del aire,
Del por siempre aire que no teme?

martes, 26 de julio de 2016

Les han salido calvas

Les han salido calvas
a los pueblos de mi infancia.
Les he notado brillos
de algún que otro vacío.
Calvas en las calles,
que escurren la memoria
por cauces que se escapan.
Recuerdo aún mis uñas
allí mismo clavadas,
fijadas a los polvos
del suelo en el estío.
Calva en la memoria,
virada hacia el olvido
de aquellos que no sienten
lo que un día –acaso-
supongo que cedieron.
Calvas en el cielo
que cubre pensamientos,
ya sin el cobijo
de ser niño con tiempo.
Danza en la memoria
que gira entre suspiros.
Le están saliendo calvas
al tiempo que me avanza.

domingo, 24 de julio de 2016

Versos en sus trazos

                                         “Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, 
                                           debemos llevarla con nosotros o no la encontraremos”.
                                           R. W. Emerson


Sigo viviendo en el país que dan los libros.
Lloro, escribo y gimo sobre sus renglones.
También en el verano calmo
se  me enredan sus quimeras.
Recorrer sus sendas persiguiendo las columnas
de los versos, ora enhiestas
ora esclavas del vacío
espacio frío.

En esta estación del alma no saldrán los trenes
a la madrugada. Sus vagones cama
sueñan alboradas desde ventanillas claras
sobre el brillo de raíles desnortados.
En esta estación con alma
la quietud es la que clama.

En esta calmada estancia silba el tiempo
por los álamos del paso.
Álamos del campo alto, yo los quise tanto
que el papel que mancho –fibras de su
encanto- sabe recordarlos.

Un pañuelo blanco en mi desembarco
nuevamente al aire del país que abrazo,
del país que guarda
versos en sus trazos.


Vicente Javier-F

jueves, 21 de julio de 2016

Rincón de rosa leve

Rincón de rosa leve
que aguanta los vaivenes
del aire que se extiende.
Rincón que verde quiere,
su ausencia más lo hiere.

domingo, 17 de julio de 2016

Piel dormida

No hay piel si no se ha dormido,
si no marchita sus capas
en las horas del delirio.
Después cubrirá su escama
con otra piel del olvido,
con un oscuro tejido,
y con la boca del aire
que tiende a dejarte frío.
No hay piel si no se ha dormido
al olvido de los siglos.

sábado, 16 de julio de 2016

Ahora huelo


A mi hermana, Cristina

Ahora huelo
El calor tras el descanso del quebranto del verano.
Ahora siento
El perfume del jazmín sin tener que imaginarlo.
Ahora siento
Vibrar los grados que se suben a lo alto.
También seguiré los trazos
De la luz en su boato,
allá en el azul cobalto
Que ahora el cielo
Nos quiere dejar de abrazo.

Vicente Javier-F

(*) Cuando joven me atraían los sonidos de Triana y Alameda –sobre todo; junto con Medina Azahara y Lole y Manuel-. Aún no había contactado físicamente con el sur. Mi hermana me suele recordar la cantidad de veces que yo ponía esos sonidos del sur en mi habitación. Aún me canta perfectamente la letra de la canción de Alameda “Aire cálido de abril”:

Como el agua que en la fuente
fluye limpia y transparente (...)
Fueron tus besos para mí
vida y aroma de jazmín (...)

Vino a mi mente un resplandor
sentí del fuego su calor
y conocí una esperanza nueva.
Sentí pasando sobre mí
el aire cálido de abril
y caminé despacio y en silencio...


Pues bien, nunca sentí pasar sobre mí ese “aire cálido de abril” en este norte en el que me tocó transcurrir, no en abril, ni casi en mayo, ni...

Hoy dieciséis de julio empezarán a subir los grados. Pero hablo del tacto de agrado del aire en su calidez, no de abrasamiento. Ayer mismo, en mi recorrido al trabajo pasé por tramos de 4,5ºC. a la madrugada (y hablo de unos 550 m. de altitud, no de alta montaña, que se podría esperar).

Así que este es el contexto de la foto y mi sentir.


Otras ruedas

Las ruedas que no aplastarán las almas,
con su morro de madera y tacto,
con su traza de guiar sensato.
Ruedas que trazan silencios
por las avenidas mansas,
por los bulevares calmos
de aquellos lejanos juegos.



(*)Este camión de madera se lo hice a mi hija hace unos años. Quizás no le entusiasmó la idea, pero lo que es seguro es que ahora vemos que alguien no debió guiar sus manos ni su intención descompuesta sobre un camión que fue peor que fiera.

miércoles, 13 de julio de 2016

El tumulto de los días

No hay nada como un tumulto a expensas de la vida.
Que vengan y que vengan días
con su galope fiero
envueltos ya en el polvo
que lo será del final.

sábado, 9 de julio de 2016

Sobre hilos de nada

Ponemos los pies sobre hilos de nada,
sobre hebras que un día nos fueron trenzadas
con hilos de sedas extrañas.
Un pie, una montaña. Volcanes secando tu lava.
Ponemos los pies en el canto del alba,
las horas se acaban. Eran de lava,
y tanto quemaban.
Ponemos los pies. Nada de nada.




martes, 5 de julio de 2016

Con las horas

Firmaban armisticios con las horas,
descargando la presión de los instantes,
que se saben emboscados
por el hecho inexorable del final.