Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







miércoles, 14 de septiembre de 2011

SUENAN NOTAS

Suenan notas decreciendo por las
Ramas de los árboles al viento.
Corta el sol su recto rayo de bravura
En el momento en que la estepa campa dura
Por los campos de la lluvia con sordina.
¡Ay, fragmentos del otoño, lento, lento!
¡Ay, sonetos que quedasteis sometidos
Al ardor de los calores bajo sombras que albergaban
Dulces damas de las épocas doradas!
No hay cuartetos; no hay tercetos que ya canten
A los ocres campos secos.
No hay amantes que se llamen,  que se clamen
Duro esfuerzo por sentir calor de afecto.
Suenan notas de lamento en los prados
Y en las fuentes del asueto.
No hay arbustos que serenen los sofocos
Delirantes del pastor por sus resuellos en la búsqueda
Inquietante. No hay zagala que le espere ya otro
Instante. Hoy el campo descompone los sabores
De las ambrosías puras; de las dulces
Criaturas. Hoy ya sólo forman silvas los
Silbidos por las hojas de los vientos susurrantes.

Vicente Javier-F

sábado, 3 de septiembre de 2011

EL ÁRBOL

He hablado con un árbol,
suelto allí en su lejanía.
Es su pose recta y tiesa,
con enhiesta lozanía.
¡Y yo que no lo veía!
Dice mucho si lo miras.
Creo que en mi parloteo
sé sentir el quiz del mundo.
Veo el árbol casi mudo
y me enseña sus heridas
supuradas en su piel.
Pero calla en sus arrugas,
y permite que la vida
siempre crezca más arriba.
¡Y yo voy mirando al suelo!
Veo hojas esparcidas
que se van en pleno vuelo.
Veo frutos ya caídos
y creo que sé el sentido:
ahora esa semilla oculta,
si halla cama en el mantillo,
crecerá lenta en el suelo.

Dice el árbol que ya ha hecho
su trabajo acometido,
pero no pierde el sentido
por saber a dónde ha ido
su semilla si es que brilla.
Él sigue mirando al cielo,
enredado con sus ramas
Puede que caiga una hoja.
No le importa; no se enoja.
Sabe bien lo que soporta.
Si hay calor de sudar gota
reconoce que no agota
su crecer en este estío.
Yo paso a su lado lerdo
mientras él persigue cuerdo
su futuro ante el invierno.
Sabe que son días plenos
y el verdor brilla sereno
por su copa cual sombrero.
Pero dentro ausculta al tiempo,
y su porte cuasi tierno
pronto cambiará el sombrero.

Hoy me ha dicho el árbol quieto
que el verano no es tan cierto.
He sabido por sus poros
que el otoño tarda poco.

Vicente Javier-F