Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







martes, 7 de diciembre de 2010

SOLO

Solo al sol.
Sólo soledad
y silencio;
sólo soledad sin sudor.
Sólo sentado
a la diestra del sol.

Sereno día de ratos de azul
sosiega las sombras
tumbadas de plano
en solares sembrados
de ocres sin luz.

Suave sol de los ocasos,
aunque abraces albas
de neblinas bravas,
sólo sirves de acertijo
simple. Pero, ¡ay!, mi sol:
paladeo solo tu temblor
sin sentir acaso
que el temblor soy yo.

Siembra en mis ojos
del semblante en reposo
simientes de rayos asidos
a los cielos sin brío.

Girasol de otoños
de sedosos hilos
de amarillo fino
-apenas percibidos-
devuélvenos tus ortos
más al norte tendidos.

Solo y soñando sol
sentado al borde
de la Osa Mayor;
sólo sereno sentir
porque sí, porque sí.

Vicente Javier-F

domingo, 28 de noviembre de 2010

BLANCO

Blanco sin nieve.
Agua que grita
y se paraliza.
Sabias hundidas
que huyen del peso
mojado. Blanco en el campo,
blanco en el blanco.
Terrón destrozado
y la sabia que sigue
bajando. Sube la escarcha,
el insecto se marcha,
el insecto se para en la helada.
La calle pelada.
¿Quién se entromete
en la lucha de capas
tan blancas?
Bocas selladas.
No quieren ver sus palabras
borradas, hoy en la madrugada.
Luego en la tarde ¿templada?
se oirán las palabras
del susto mojadas.
El ego, el instinto y la vida
ya no verán nada
que indique la capa
tan blanca. Los pechos hinchados
saldrán a las calles pobladas:
"¡Vaya con la helada!,
casi patino en la placa quebrada
hoy en la mañana."
Sólo las tejas tan blancas
y el humo expulsado
de los lares sellados
saben de calles calladas
y de almas tapadas.
Sólo el que calla
sabe que supo del agua
estrellada y pisó el primer escalón.
Allí vio en derredor
el blanco clamor.

VICENTE JAVIER-F

miércoles, 24 de noviembre de 2010

NIÑOS

Niños, palabras y besos...
¿Quién dijo traviesos?
Niños, pasiones y versos...
¿Quién dijo perversos?

Suspiros de ánimo inmenso...
ahora sé lo que pienso:
en este mundo algo tenso
son su completo reverso.

Los días con su algarabía
no mandan mañanas muy frías,
su propia pasión y alegría
deshacen el vaho que se cría.

Palabras, dibujos me envían
y esto yo no lo sabía.
Bendita ilusión este día:
ha sido en sí melodía.


VICENTE JAVIER-F

*Dedicado a todos los niños y niñas del C.P. Condado de Treviño, en especial a los de tercero y cuarto de primaria, que un día me enseñaron por entero la belleza y el cariño pleno.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

SECAS HOJAS DE ADIÓS

Secas hojas de adiós
cuelgan de ramas musgosas.
Secas hojas de amarillo fulgor
se escapan graciosas
sabiendo que pierden color.
Secas hojas con mancha marrón
ahora volando ya pierden vigor;
ahora lo prestan al suelo revuelto.
Se dejan mecer por el viento;
lo siguen sabiendo el capricho que lleva.
Vuelan un rato y caen de cansancio.
La lluvia las pega a cualquier superficie
dorada, marrón, verdosa y mojada.
Y allí quedan secas de antiguo color;
y allí tan mojadas de lluvia otoñal.
Pasarán ¿Quiénes pasarán?:
caballos, conejos y fieros jabatos,
que igual no las tocan;
que igual las aplastan.
Mas no importa ¡Qué más da!
Sus fibras inertes quebradas están.
La tierra las quiere para prosperar;
los hongos silvestres de cama las tienen.
¡Secas hojas de adiós!
Ya no recuerdan su antiguo color.
Las ramas musgosas detrás de las nieblas
esperan las nieves copiosas que hielan su sabia.
Las ramas tendidas al aire y al cielo
no olvidan el vuelo de las que perdieron
y saben la forma, el color y el aroma
de la hoja que brota, que brota y que brota
con sólo esperar el rayo más alto del sol superior,
con sólo aguardar al aire más tibio de siempre empezar.

VICENTE JAVIER-F

sábado, 30 de octubre de 2010

COMALA

Esto es un viaje a Comala
lleno de historias que fueron
y de otras que siguen siendo.
El polvo del recorrido,
el polvo de los caminos
antes de ver el pueblo,
ese nos va impregnando.
Ahora recuerda la gente
el polvo de los ausentes
sabiendo o quizá ignorando
que llevamos la ceniza
de los pies hasta la frente.
Cada vez que un alma vuela
dejando su cuerpo inerte,
yo sé que no se va sola.
Aunque rindamos honores
ella mengua los valores
de los que esperamos tregua.

VICENTE JAVIER-F

jueves, 28 de octubre de 2010

ZAHARA

Tengo un palacio esperando
a mi Zahara anhelada
siempre resueño su encanto
en mis cojines y almohadas.
Yo tengo un trono de oro
para que muestre su rostro
todo teñido de moro.
Sólo el mármol que yo vea
que simule su tersura
pisarán sus dedos sueltos.
Tengo un recinto cerrado
no lejos de mi Corduva.
Tengo un recinto que veo
como medina encantada.
En su palacio de ensueño
tapada la quiero entera
porque guarde su frescura.
Que nadie sueñe su piel
si no pertenece al harén.
Querré bullicio en las calles
y tapices de laurel.
Adelfas para el susurro
de todo mosquito fiero.
Que no sientan su fina piel
pringada de olivo y miel.
Todo el palacio cerrado
porque se quede allí estanco
el aroma del naranjo.
Tengo ganas de escuchar
los sonidos de un zagal
que su corazón herede
y también sea capaz
de dar luz a un pedregal,
tal como su Abderramán,
lujuria de Al Corán,
y fino como su madre
para que siempre suspire
por la gloria de mi estirpe.
Suben espirales altas
por las columnas doradas.
Las hojas de los acantos
cuelgan por sus cuellos largos,
y en los ratos de mi espera,
o rejuvenezco o muero,
tengo yo un sentido huerto
donde me veo bien quieto
mirando por sus adentros
todos encantos soñados.
Mirando sueño despierto
los encantos de mi amada
y hasta le pongo su nombre
a este recinto de ensueño.

Vicente Javier-F

viernes, 22 de octubre de 2010

QUE LLEGUE EL TEATRO QUE DICES

Ojalá que llegue el teatro a las doce;
ojalá que llegue también a las noches
y sienta la luz de su goce.
Que engañe a los sueños atroces
y queden los sólo felices.
Mamporros... y rojas narices.
Quiero soñar lo que dices.
Quiero sueños con final de perdices,
de esos que siempre predices.
No quiero heridas de linces.
Quiero que en mí se eternice
sólo un teatro cubierto en barnices,
y luego en mis sueños despacio me meces.


Dice mi niña que dice:
"No sé qué viene a mis sueños".
Pide mi niña que pide:
"Borra esos seres extraños".

Que siempre mi niña tenga dulces sueños,
Y ahora, soñemos tablados felices.
¡Schisssssssssssssss...!

Vicente Javier-F

jueves, 14 de octubre de 2010

VAN A DAR LAS DIEZ Y DIEZ.

-Van a dar las diez y diez.
-¿Y qué?
-Quieto estoy por no poder.
-¿El qué?
-Avanzar o estar de pie.
-¿Por qué?
-Son ahora las diez y diez.
-¿Qué más da la hora que es?
-Pronto serán casi y diez.
-¿Ves el hueco en los minutos?
-Veo el hoyo en los sentidos.
-¿Sientes entonces el tiempo?
-Siento surcos desmedidos.
-¿Cuentas horas sin sentido?
-Cuento despacio el vacío.
-¿El vacío no es la nada?
-El vacío es tu mañana.
-¿Y el tiempo que correrá?
-Nada llega si lo esperas.
-¿Qué esperas tú del mañana?
-Yo no espero; sólo siento.
-¿Y por qué te duele el tiempo?
-Sólo fluye y me interfiere.
-¿Has hecho ya tus deberes?
-Lo que pude quedó atrás.
-¿Ves tú bien lo que dejaste?
-Sólo existe este presente.
-¿Sientes bien este momento?
-El momento está y se va.
-¿Cómo fluye tu sentir?
-Sintiendo lo que me da.
-¿Nada tomarás ya más?
-Escucho el ahora y ¡ya!
-Dime, ¿sabes qué te salvará?
-Mi momento en mi lugar.
-¿Es bello ese tu lugar?
-Sólo dentro puede estar.
-¿Dentro de tu soledad?
-Dentro de mi cavidad.
-¿Qué cabe en tu transitar?
-Sonidos del palpitar.
-¿Hasta qué hora llegarás?
-Sigo montado en el tiempo,
yo no sé si cesará.

VICENTE JAVIER-F

martes, 21 de septiembre de 2010

OLORES QUE TAPAN POLVO

¿Notas cómo pierde altura
lento el sol en su bravura
después de alcanzar altivo
su cumbre en el firmamento?

¿Notas tú ya los sabores
de las mieles, no sólo en las ricas
flores; de lo dulce, no sólo en pesadas
ramas, de suaves melocotones,
con pieles cual tus mejillas?

Huele el campo a las semillas
que crecieron bien regadas
cuando abril lloró sus gotas
y el verano hizo su gesto
de agostar lo que ya tieso
en un puro crujir reseco
sucumbió al hombre y al tiempo.

Huele al fruto que colgando
si tú no pones la mano
de maduro se caerá,
rodando por los ribazos
o aplastado en lo más llano
dándole a la tierra madre
pulpa tierna, fruto amable.

¿Hueles tú a tierra mojada
que mullida por las hojas
y arrastradas por los vientos
nos muestran camino en polvo
de estío más bien vencido?

¿Siente tu piel diferente
que, ora frío, ora caliente,
este aire tan variable
humedece las mañanas
con sus gotas de rocío
que acarician nuestros sueños
cuando buscamos perdidos
esa manta que sobraba?

¿Hueles todos los olores
que la tierra a borbotones
nos ofrece porque inquieta
pronto impondrá su quietud?

¿Hueles tú las mil razones
que la tierra y sus retoños
gritan soltando porciones
de bocados bien maduros
antes de que el firmamento
quiera blanco, frío y duro
el terreno que pisamos?

¿Sientes tú las mil preguntas
que si abrimos las ventanas
nos abruman todas juntas
ya fijes tus ojos firmes
en la tierra previsible
o en el cielo inabarcable?

¿Sientes los olores fríos
que otro frío encubrirá?
¿Sientes los que se han perdido
creyendo que volverán?

VICENTE JAVIER-F

sábado, 18 de septiembre de 2010

SURCOS DE PIEL

El surco empolvado
del rostro reseco
resalta profundo,
hundido y marcado.
El trazo señero
de la vida pura
clavado en la piel
no esconde la edad
de la sien.

¡Ay de mi piel
que se pierde de pie!
erguida de vida
que dobló la rodilla
mil veces y cien.
Pero... ¡ay de mi piel
que siguió de pie!
sabiendo que dentro
el seso despierto
mil veces y cien
tumbó las zozobras
de ayer y de ayer.

¡Ay de mi sien!
que supo coger
lo fresco del surco
que iba a prender.
El surco se ahonda
hora tras hora
seco de sed.

La sed que no deja
de aparecer.
Denme otro trago
de frutos amargos;
denme otro trago
de sorbos de ayer.

El hoy me refresca
la piel que ya seca
sabe que sorbe
saberes que agrietan;
que agrietan... o gritan.
No grites ya firme;
suaviza las grietas
con rasgos serenos,
con sorbos de sed
de la de aprender.

No agrietes tus surcos
con duro cincel;
no arañes tus grietas
con uñas de hiel,
con desgarro sin bien.
Recibe los surcos
con tono seguro
sabiendo que el polvo
cubre tus segundos
grabados en piel.

Polvo que cubres
el rostro de bien
no rasgues los surcos
que han sabido ser
los trazos seguros
de hoy y de ayer.

VICENTE JAVIER-F

miércoles, 15 de septiembre de 2010

SUEÑOS HELADOS

Sueño párpados de hielo
de un azul de puro frío;
sueño sus pámpanos tiesos
como rejas de castigo
que han dejado allí oprimidas
las visiones sin sentido.

Sueño los iris helados
por hilos de llanto clavado.
Ojos de estacas tan firmes
que perdieron lo flexible
cuando creyeron posible
ver lo vivo estando tristes.

Al frío nadie resiste.

Las pupilas cuarteadas
-trozos de grises glaciales-
borran las luces soñadas
cuando los sueños mandaban.

¿Qué conexiones sin chispas
en la materia inconsciente
pueblan las mentes confusas
con sus vacíos sentidos
en las sinapsis perdidas?

Siento los párpados fríos
como un telón de dolor.
Quiero que suban tan suaves
en los siguientes albores
-ay, cada párpado ardiente-
que las mañanas resulten
brío que llegue al poniente.
Pero este hielo sellado
en los ojos derramando
ya sólo grises de fríos,
corta de cuajo los sueños
que anoche fueron soñados.

VICENTE JAVIER-F

domingo, 22 de agosto de 2010

MIS OJOS VAN A DORMIR

Ellos ya quieren dormir.
Son las estrellas y el fin.
Semejan puntos de luz
que hacen perder el azul
siempre que el sol ya se asusta,
quieto en su pálida gruta.
La luna queda colgando
como un pendiente lejano,
como un pendiente que asoma
jugando él con su sombra.
Yo ya no capto la luz;
no veo puntos tan claros;
no veo robos al sol
de luz, de pleno color.
Mis ojos van a dormir.
Sólo es un sueño engañoso
de pleno negro invasor.
Miles de sombras tan negras
destellan nuevas estrellas,
luces de soles de ayer.
Todo infinito es oscuro;
la luz: señuelo de ardor;
como un saludo señero
que lanza el buen caballero,
aquel que vida nos dio;
aquel que sopla calor
quemando luz sin color.
Dorados posa sus rayos
en su breve itinerario
hasta que asoma insensible
el negro nublo estrellado.

VICENTE JAVIER-F

jueves, 5 de agosto de 2010

HE NACIDO ESTA MAÑANA

He nacido esta mañana,
huelo a delantal de nácar.
De un pecho que me ha marcado
he colmado mis ardores
que sólo eran por comer.
Duermo mucho a cada instante
y son borrosas las sombras
que me cantan mi hermosura.
Duermo mucho sobre el blanco
de mis sábanas de lino.
Sólo recuerdo un olor:
puro amor que me contempla.
De su boca los sonidos:
terciopelos y cariños.

Tanta leche que he bebido
me ha puesto de pie y ya sirvo
para asomarme yo mismo
a mi alfeizar preferido
y ver el sol allá en su cénit.
Ya estoy a media mañana
dando tumbos por la alcoba.
¿No está esta casa muy sola?
Tengo ganas de llorar
y aparece mi mamá.
¡Cómo me agasaja a besos
y a decires de embeleso!
-Coge -nene- tu cartera
que te lleve hasta la puerta
de la escuela que te espera
para que lo escuches todo
y superes lo que fui.
Son tantas las horas muertas
que me paso recordando
cómo juego yo en mi mundo,
en mis nubes de soplar...
Tanto divago despierto
que apenas tomo el concepto
de qué es el tiempo en este juego.

Cuando mi madre me espera
al salir de ese recinto
ya no tengo mi cartera.
Es azul lo que me entrega
y sirve para las deudas.
Es el mono del esfuerzo
que manchado tras las horas
de una semana tras otra,
alienando el pensamiento
cercena el color del sueño.

Ahora me cubre otro techo
de ilusiones y de esfuerzos.
Tomas cariño a otra niña
que lo mismo ella en su vida
ha dejado su cartera
por ponerse de rodillas
en un suelo de ladrillos
o en una oficina esquiva.
Se oye al fondo una chiquilla
que ha nacido en una cuna
donde huele las violetas.
Su retina le presenta
mil formas color de lila.
Siempre quiere tener una
a su lado, en su regazo.
Ya llora y pide su leche,
pero la nuestra se cuece
porque se acerca la noche.

Con el sigilo que cabe
cuando el sol ya se despide
suave me acerco al espejo
por no despertar reflejos
que me oculten mi verdad.
La verdad: casi acabo de nacer.
Pero el suave devenir
ha hecho que no sé si soy
el que con la testa clara
mira oscuro su mirada.

Tarde-noche en nuestras vidas
consumidas en los sorbos
que el capricho nos cedió.
¿Cuántas tazas de sabores
quedarán en cada instante
que nos quede por catar?
Siempre voy oliendo olores
que me hagan disfrutar.
Siempre voy oliendo olores
que me lleven más allá,
pero no puedo olvidar
que yo acabo de nacer,
que he nacido esta mañana
y la noche está al caer.

VICENTE JAVIER-F

martes, 3 de agosto de 2010

SUEÑOS PEGADOS DE ESTÍO

Filas de ruedas circulan
parejas junto a las cunetas.

Filas de sillas y hamacas
salpican la arena sobada.

Miles de hileras que llenan
las capas de brea tan negra.

Dejan tumbados sus sueños
mientras circulan cansados
durmiendo en el aire que irradia
el duro frío enlatado
buscando un plácido gusto
por pieles sin gotas colgando.

Dejan soñando sus sueños
tumbados en sus hogares
mientras ellos avanzan ufanos
en busca de sueños dejados
en el sofá del hastío.

Siguen pegados a otros
que gritan chapoteando
y piensan después de un helado
en la terraza nocturna
donde seguro se encuentran
el sueño que tuvo el de al lado.

Las frescas jarras de espuma
disipan las dudas del alma
en cada noche de estrellas
que solas no pueden ni llegan
a echar destellos de hielo.

Y todos sudan esfuerzos
de lucha que busca
gregaria el trozo de asombro
que esperan se encuentre al final
del duro descanso ganado.

Cuando retornen pegados
a todos los coches de al lado
querrán el ánimo esquivo
perdido en las noches de estío
forradas de ruido y colores
de sueños pisados por suelas
inquietas que sólo buscaban
la gloria de hallar en sus costas
su trozo de dicha comprada.

Existen, bien dices, los sueños que suben
vaguadas, collados y nubes
y tapan cansados sus fríos
en sacos cargados de olores,
que bajan buscando otra altura
queriendo borrar de su ensueño
lo plano, demente y adusto
que el año les guarda en su seno.

Dulces disfruten si encuentran
en un sillón recostados
aquellos sueños que yacen
junto a los seres que habitan
cada morada de al lado.

VICENTE JAVIER-F

miércoles, 28 de julio de 2010

SI YO ME LEVANTO Y ESCUPE LO BLANCO

Ya viene la niebla
vistiendo de blanco
el campo y el suelo,
empapando al árbol,
cargando de peso
las briznas de estío.

Y salgo a su encuentro
a ver lo perdido
y apenas muy tenue
diviso el camino
que acerca confuso
su pálido trazo
otrora bien claro.

Ya no estoy seguro
del paso que avanzo;
ya no reconozco
su tono y su firme.

Las gotas pequeñas
buscan mis pestañas
y obturan mis ojos
envueltos en blanco
sudor de la aurora.

Ni trinos ni vuelos
ni simples gorjeos
notan mis sentidos
turbados de blanco
mojado y opaco.

Si subo a lo alto
de un monte pelado
quizás ya los rayos
en lucha templada
venzan a las gotas
y asomen los prados.

Si tan alto subo,
¿por qué en lo más bajo
no veo mi mundo
que oculto se asoma
en su ducha diaria
queriendo apartarse
antes que lo atrape
el manto que cubre?

No quiero subir,
yo quiero que baje
el sol a por mí,
que todo lo atrape
y la capa de antes
se rinda a sus pies.

Entonces mi mundo
hecho de barullos,
de rocas y seres,
de caos moribundo
quizás resplandezca
un rato profundo.

Mis ojos librados
del peso mojado
verán venturosos
los trazos dorados,
los tallos marchitos,
las rosas llorosas
y el camino ancho.

Ya no me tropiezo
ni toco confuso
el ramo espinoso.
Ya no me confundo...
si no soy patoso.

El paso tan firme
de cuerpo sublime
no lo llevo puesto,
me quedo librando
el canto en el suelo,
el hoyo escondido
y el árbol caído.

Mañana mis ojos
querrán despertares
sin nubes someras,
sin capas de blanco;
querrán mis pestañas
tan firmes y secas
que no reconozcan
el camino largo
tan claro y tan raro
por no verlo apenas
en cielo tan raso.

Mañana mis ojos
después de soñar
que siempre sonríe
el sol más allá
querrán despertar
sin niebla estival.


VICENTE JAVIER-F

sábado, 24 de julio de 2010

MIRA LO BLANCO QUE FUE

Sombra morada
que ensalza
el dolor
de tu mirada.

Dime qué ves
a través de ese
tu ser.

Son sólo rumores
que llegan
temblando de luz
hasta tu piel.

¿Sientes borrosa
la luz que trémula
invade tu yo?

¿Cómo queda
tu pupila si tiembla
siempre que ve?

¿Cómo ves tú esos colores
que vibran entrando
a tu sien?

¿Tiemblas acaso
miedoso por no querer
conocer todo lo que se ve?

¿Alguien te ha dicho
de veras que hay que temblar
al mirar?

Mira de frente lo oscuro
que invade casi sin querer
todo lo blanco que fue.

Mira lo blanco
que queda en esa nada
por ver.

VICENTE JAVIER-F

jueves, 8 de julio de 2010

HOY HE VISTO A LA EDAD.

Hoy he visto a la edad caminar.
Hoy he visto a la edad... y a uno más.
Cuatro venían, mochilas en ristre,
bien de mañana por esta colina.
Paseo en el alba de piernas cansadas
y alma despierta que ya despereza.

Cuatro venían cargando sus años,
buscando horizontes distintos, lejanos.
La bruma ocultaba el siguiente recodo.
Si ellos no dudan pondrán su mirada
en la copa, en la cima, en la peña quebrada
de aquella montaña que pide arañarla
para tomarla en el alba clara.

Los sordos jadeos no serán expuestos
al aire que expande el esfuerzo y la lucha.
Costumbre extendida por toda la vida
ahora, ya tenues las fibras,
parece que sigue a merced de cualquiera.
Las fibras se quiebran, son hilos sin masa
y allí en la montaña descansa la parca.

He visto a los cuatro, cansinos, andando.
Después de un buen rato he visto a uno más.
¿Por qué se empeñó en quedar tan atrás?
Empeño de ganas por ver el mañana.
Si al alba camina, ¡ya gana, ya gana!
pero si la parca descubre su calma
por el cerro acecha, por el cerro llama.

Hoy he visto a la edad caminar
y no sé si el camino nos deja pasar.

VICENTE JAVIER-F

miércoles, 7 de julio de 2010

LS BOTAS QUE NO MUERDEN

Si los pasos que no muerden
se acostumbran a salir,
las botas Costuras de Púas
subirán por las montañas
moliendo montones de piedras;
subirán juntas laderas
y cuando ya no queden piedras
molerán sus propias piernas.

Si los pasos que no muerden
se acostumbran a vestir
botones de bello marfil
nunca molerán sus piernas,
no triturarán las piedras
de todas las tierras ajenas.

Si estos pasos no contemplan
la forma de triturar
de las botas con costuras
de agudos casquillos de plomo,
no tendrán por qué pasar
el romperse y el rasgarse
de tantos vestidos y trajes,
todos teñidos de rojo
desde las pieles del oso
hasta la terna en franela.

Pero hay pasos que no muerden
y no ascienden por los muros
para ver salvaje el frente
y cómo las uñas descalzas
levantan las lanzas y atizan
la gruesa capa de elefante
que hundido su peso en el polvo
perderá el latido gigante
para que ciertas costuras bien finas
cierren antes de dormir
cada botón de marfil.

VICENTE JAVIER-F