Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







sábado, 18 de septiembre de 2010

SURCOS DE PIEL

El surco empolvado
del rostro reseco
resalta profundo,
hundido y marcado.
El trazo señero
de la vida pura
clavado en la piel
no esconde la edad
de la sien.

¡Ay de mi piel
que se pierde de pie!
erguida de vida
que dobló la rodilla
mil veces y cien.
Pero... ¡ay de mi piel
que siguió de pie!
sabiendo que dentro
el seso despierto
mil veces y cien
tumbó las zozobras
de ayer y de ayer.

¡Ay de mi sien!
que supo coger
lo fresco del surco
que iba a prender.
El surco se ahonda
hora tras hora
seco de sed.

La sed que no deja
de aparecer.
Denme otro trago
de frutos amargos;
denme otro trago
de sorbos de ayer.

El hoy me refresca
la piel que ya seca
sabe que sorbe
saberes que agrietan;
que agrietan... o gritan.
No grites ya firme;
suaviza las grietas
con rasgos serenos,
con sorbos de sed
de la de aprender.

No agrietes tus surcos
con duro cincel;
no arañes tus grietas
con uñas de hiel,
con desgarro sin bien.
Recibe los surcos
con tono seguro
sabiendo que el polvo
cubre tus segundos
grabados en piel.

Polvo que cubres
el rostro de bien
no rasgues los surcos
que han sabido ser
los trazos seguros
de hoy y de ayer.

VICENTE JAVIER-F

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