"¡Fría lisura de hielo!"
Ella me dijo con tal
desconsuelo que siento
cortante mi propio lamento.
Bien pudo haber sido:
"fría lisura de cielo".
Y, aún así, ¿por qué fría
la lisura mía?
¡Vamos!, cariño de afeites
calientes, ¿dónde notaste
ese corte de frío nombrado?
¿Hablamos ahora de un ser
decorado con tez arenosa
-quizá-; con alma de fuego
supremo? ¿Hay alguien dorado
del todo que sueña tus cálidos
poros?
¿Soy frío por serlo,
sin más; sin
quererlo?
Entonces, tu tacto era piel
recubierta. Sensores aislados ponías
tapando mis poros de amor.
Amor, color y calor.
No es que me fluya la lava
por venas y arterias dañadas.
Al menos, ahora, deja que sienta
la lumbre que yo creía aportaba.
No quiero helado mi sueño:
¡Fría lisura sentías!
Yo no acaricio; yo no deslizo mis
dedos dañados de piel
decorada de azules
glaciales.
Ahora yo aprieto mis poros
(la dermis borrada de tus
insensibles yemas),
y aprieto y aprieto los flujos
sangrientos que escriben por mí
mi lamento.
Vicente Javier-F
No hay comentarios:
Publicar un comentario