Vicente Javier-F

GRACIAS POR ENTRAR EN ESTE TROCITO DE MUNDO PARTICULAR, POR AYUDARME A BUSCAR ESE MOMENTO DE PLACIDEZ. A VECES NOS LLEGA SINTIENDO LO BELLO, LO SUAVE Y SERENO. LO MISMO TE OCURREN LOS SALTOS DE ASOMBRO. LA VISTA LO APRECIA Y LO BUSCA INCESANTE.







GRACIAS DE NUEVO AL LEER LO QUE ESCRIBO. LO MISMO OS DIGO POR VER LO QUE VI.







jueves, 31 de diciembre de 2020


 

Son las seis de la mañana

de un día que es el primero.

Continúan invasoras las molestias que no aplazan

acostarse en mi regazo.

Son las tantas campanadas en las horas que supones como amigas;

y no sé si van conmigo.

Son seis horas de lo nuevo

en mi alma que se anuncia tan mermada.

Todavía no hay trasluz,

porque el sol está hibernando,

y este orbe es tan ajeno,

que se libra de un soplido

del jolgorio y de los ruidos.

Son las seis escasas horas para un bello (feo) indurmiente,

que se empeña en aclarar su estancia,

tan de noche; tan de noche.

Y hace muy escasas horas que dormiste sin laureles.

Son las seis horas que escupen

los sudores que ya vienen.

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