Te voy a tocar el alma
sin apenas percibirlo.
Lentamente quitaré su abrigo,
la coraza que limita tu perímetro de mí.
Después hincaré los dientes
en el íntimo suspiro fiel.
Y allí morderé tus sueños,
los pesados y los solamente amigos.
Será una cuestión que prime
los afectos, las locuras que me inspira
la porción de trato que imagino.
Me voy a quedar tu alma
si confirmo que te afectan los sentidos.
(Me corroerán las horas de este inmenso desafío.)
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