Cien palabras tristes de un amor
oscuro salen sin pedirlo
de lo más profundo
de mi ser doliente,
de mi seno seco,
todo hacia tu boca,
linda y amorosa
mientras tuvo tiernas
palabras de asombro
que siempre recuerdo
de halago colmado,
siendo como soy
un lobo domado.
Cien palabras tristes
pues partir hiciste
casi sin sentirme,
casi sin decirme
si tú recibiste
querido deleite,
perfumado aroma
de querer pringado,
suave y reposado
de un amante claro
deshecho en un vaho
que buscó tu espacio
por morar en él,
como un éter vago,
siempre distraído
en tu cuerpo fino
que ahora lo he perdido,
¡muera el cruel destino!
Soy tu vaho fino
y mi ser perdura
en cada ranura
de tus labios
lindos, húmedos
recintos de llorados
versos, de anhelados
besos, ahora silenciosos,
sin roce ni gesto,
sin gusto y sin
tono de bendito
aroma.
Toma:
decora
mi alcoba
marchita,
sin flor,
sin ser,
sin olor.
Vicente Javier-F
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