Esto es un viaje a Comala
lleno de historias que fueron
y de otras que siguen siendo.
El polvo del recorrido,
el polvo de los caminos
antes de ver el pueblo,
ese nos va impregnando.
Ahora recuerda la gente
el polvo de los ausentes
sabiendo o quizá ignorando
que llevamos la ceniza
de los pies hasta la frente.
Cada vez que un alma vuela
dejando su cuerpo inerte,
yo sé que no se va sola.
Aunque rindamos honores
ella mengua los valores
de los que esperamos tregua.
VICENTE JAVIER-F
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