Ha llegado entero
como un toro fiero,
como un toro azul,
con su ojo intenso,
lleno de quietud.
No cabe en el cielo
y ahora pide paso
montañas abajo.
Ha venido cierto,
y no más llegado,
ya se va alejando.
No quiere decirnos
que ha traído en ciernes
el otoño dentro.
Ha llegado pleno,
lleno de silencios,
no quiere decirnos
que se irá aplacando.
Ha subido tanto, el Sol,
que ha estirado tersa
su distancia larga,
y no puede más.
Todo lo dará.
Ha llegado inmenso;
ésta es su eclosión.
Ya viene el otoño,
siéntaslo o no.
(*)Recuerdo, aproximadamente, un breve poema japonés que decía (cito de memoria, insisto en que no es exacto):
"Ya es verano,
pronto llegará el otoño.
Tienes una cabaña:
¿qué más quieres?".
No es un koan estricto puesto que se pasa de sílabas, pero sí tiene esa misma esencia. Me hizo pensar en que el paso incesante de de la Tierra por su órbita ya va conteniendo lo próximo, pues hacia ello se dirige, sintámoslo o no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario