Miradlas,
pueden ser días caídos,
incontables beneficios del quedarse en el patíbulo
del tiempo. Quieren ser no más que pétalos sin días,
su tersura, o algún ramo de inquietud de primavera,
que no llega o que pasó ya por sus lindes
y nos muestra
la merced de los que doran decadencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario