Yo saludaría a ciertas
chicas
mozas
señoras
damas,
que no conoceré.
Más bien tendría sueños
capaces
veraces
altivos
dignos,
y siempre especiales.
De todas ellas, que no conoceré,
tendré sabor de campo,
de urbe
de parque
de inútil soledad meditativa.
Y si acaso alguna
me llega a conocer,
sabrá que el árbol triste
ya nos brota
debajo de los pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario