—Le ofrezco una ración
de dulce ameno.
—Ya se lo agradezco, damisela,
pero yo nací entre los vinagres.
—Pena.
—No se crea. Ir ganando la acidez
siempre me entona.
—Pena, insisto.
—Lo que a mí me hiere es tanto dulce
sin motivo.
—Pues le digo que seré dulce de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario