El mar... Si escuchas, siempre llorando está
con lágrimas de espuma y sal. ¿Sabes tú por qué será
que el mar llora sin parar? La Tierra presta
su rostro con sus contornos de suelo;
la Tierra rompe las olas en sus mejillas de azote.
Quizás quiera llegar -el mar-
hasta el Sol en su inmensidad: ¡le presta tan bello
disfraz! -al mar-. Quizás quiera él alcanzar
a cada estrella y su brillo, para poder decorar
de nácar su manto de sal.
Pero... Más cerca la Luna queda, que siempre
cambiando está de cara para gustar.
Creo que el mar sí se deja por su influencia
arrastrar, creyendo que Luna tiene
agujeros de papel para que puedan secar
sus lágrimas de espuma y sal.
¡Ay, Luna, cuánto le haces llorar!
Vicente Javier-F
Es bueno llorar para sacar la tierra de los ojos
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