Ecos, que os vais vencidos,
¿de quién eran vuestros sonidos?
La tarde tendida soñaba que abría
los muros color azafrán.
La tarde irrumpía
con voz de color
bermellón.
Los hilos cargados de luz
batían fachadas
duchadas de cal.
los hilos gritaban
sollozos de amor.
Las calles callaban
silencios de ardor.
Las calles querían
la noche ya fría,
y ¡pobre del sol!,
que mandó su calor
gritando los ecos color
bermellón.
Vicente Javier-F
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